El Bahía del Duque asimila a un pueblo de cuento de hadas junto al mar, completo con edificios de tonos pastel (inspirados en la arquitectura de finales del siglo XIX de Tenerife) y seis hectáreas de jardines subtropicales. El resort parecerá especialmente atractivo a los niños, ya que ofrece numerosos programas para entretenerles: además de los clubes infantiles, también hay uno destinado a los adolescentes. Los mayores pueden disfrutar de tres piscinas de agua de río y dos de agua de mar, además de varios deportes acuáticos, como windsurfing, vuelo con ala delta o submarinismo. Campos de tenis y pádel disponibles para las personas activas, mientras que los que necesiten cuidados pueden utilizar el spa contemporáneo con su circuito de talasoterapia al aire libre, el único de su especie en las Islas Canarias. ¡Un hotel donde ciertamente podrá vivir feliz y comer perdices!
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